Bibliotecas modernas
La biblioteca ya no es sólo un mueble más, es pieza de decoración
El toque personal que se puede dar hoy a cualquier mobiliario o espacio, es una ventaja que diseñadores y consumidores han sabido aprovechar incorporando los conceptos de creatividad, funcionalidad, innovación y diseño. Así, una buena biblioteca para cada tamaño, ambiente y gusto es posible.
Las bibliotecas modernas nos sorprenden con colores, formas, materiales y texturas que en otro momento era imposible de concebir y que brindan a nuestros ambientes esa característica única y personal.
Con el título "Decadencia y muerte del imperio
bibliotecario" "The
Decline and Fall of the Library Empire", Steve Coffman, pionero de los
Servicios de Referencia Virtual y Vice presidente de Library Systems & Services LLC
(LSSI), ha escrito un artículo que todo bibliotecario debería leer y del que me
gustaría hacer una reseña y añadirle mis propias reflexiones.
Yo hubiera preferido titular "los
distintos roles que la biblioteca debe jugar", pero no se puede
negar que el título que le ha dado es de lo más sugestivo.
El artículo en resumen viene a decir que los
bibliotecarios nos hemos pasado los últimos 30 años soñando con tener un papel
central en la revolución digital que está transformando todo lo que nos rodea,
y que algunos de esos sueños no llegaron ni a despegar.
Entre los proyectos a los que les hemos dedicado ganas
y horas, pero que no hemos logrado, Coffman enumera los siguientes:
Los
directorios web. Hubo un tiempo no muy lejano en el que teníamos
planes de catalogar toda la web, incluso existía un proyecto colaborativo de
catalogación de recursos online llamado CORC, mediante
el cual bibliotecarios distribuidos por todo el mundo, certificarían la bondad
de los recursos web y se les asignarían los números de la clasificación de
Dewey.
Realmente si nos paramos a pensar cuantos sitios web existen, las cifras serían desorbitadas, teniendo en cuenta que al día se crean una media de 150.000 nuevas URLs., |
¿Cuántos sitios web nos tocarían por bibliotecario y
día?
La
Biblioteca 2.0. Según Coffman, y aún reconociendo que quizás sea
demasiado pronto para escribir esto, la Biblioteca 2.0 pretende
conseguir que los usuarios interactúen con la biblioteca a través de
aplicaciones web, comentando y evaluando los recursos del catálogo, a través de
las entradas en los muros de Facebook o de Twitter. Sugiere que esto no se está
produciendo y que al contrario, conversamos a través de estos medios sociales
con nosotros mismos ya que nuestros usuarios están muy ocupados participando en
Amazon, LibraryThing, y otros sitios en los que comparten sus anotaciones sobre
los libros que leen. En su explicación, toma como ejemplo un libro muy
comentado en LibraryThing o Amazon, pero que tan solo ha obtenido un comentario
en la Cleveland Public Library, que sirve a una población de 2 millones de
personas. El problema no es que a la gente no le gusten estas tecnologías, que
les gustan, sino que las bibliotecas son instituciones locales que atienden a
comunidades reducidas, en las que un pequeño porcentaje de gente acaba interactuando
en el sitio web, por lo que falta la masa crítica que cree una robusta
participación e interacción online. Sin embargo, Amazon, tiene como
clientes países e incluso el mundo entero. Para él, la Biblioteca 2.0
no ha conseguido sus objetivos.
De entrada, Coffman reconoce que
los usuarios utilizan estos medios sociales para hablar de libros,
para compartir e interactuar, y estamos de acuerdo con él, en que los
resultados que se esperaban no se han alcanzado. Sin embargo disiento del motivo
que da. No creo que la razón sea el tamaño de la población a la que se sirve ni
que a mayor población servida, mayor participación. Por esa regla de tres,
tan solo las empresas de ámbito nacional o internacional tendrían éxito en la
web social. En este caso, la Biblioteca Nacional debería salvarse, ¿no? Es
verdad que existe la regla de la participación, la famosa ley
del 1/9/90, y eso es lo que debemos esperar de
nuestros usuarios, pero siempre que nuestros contenidos enganchen. Existen
servicios muy locales como son los bares que atraen a su clientela en el Twitter
cuando les avanzan las tapas o el menú del día. El problema no es que
sean locales, el problema es que no les estamos ofreciendo a través de estos
medios lo que realmente les pueda interesar. Y no es problema únicamente de las
bibliotecas, es problema de entender qué quieren nuestros usuarios, qué son los
medios sociales y para qué pueden servir, y depende también de la cultura de la
organización. Definir un plan de marketing en los medios sociales con todos sus pasos, es una tarea
pendiente de las empresas, de los negocios, de las instituciones, las
organizaciones y también de las bibliotecas.
Como siempre nos pasa a los bibliotecarios, nos
lanzamos a lo último que sale al mercado con el ánimo de ofrecer mejores
servicios, más adecuados a las necesidades de nuestros usuarios. Pero a mi
entender cometemos dos fallos:
Ø Nos ponemos
a probar cada herramienta, cada aplicación, para ver qué utilidad podríamos
obtener con ella para nuestros fines, y eso nos lleva a perder mucho tiempo y energía,
y sobre todo, a llegar tarde,
Ø Y no
conocemos a nuestros usuarios, no sabemos realmente qué es lo que pueden
necesitar de la biblioteca, ante tanta oferta de información a su alrededor.
Referencia
virtual. Es curioso que siendo Coffman, pionero en el movimiento de Referencia
Virtual en las Bibliotecas, cite este servicio como una de las equivocaciones
de las bibliotecas. Para ello se basa en los números, en que no son servicios
masivos como tampoco lo es la referencia tradicional, la presencial. Muchas
empresas ofrecen respuestas a preguntas de referencia, y continuamente le
estamos preguntando a Google, por lo tanto son servicios que las bibliotecas
están cerrando por el poco uso que tienen.
Hace un año participé en unas jornadas con un
seminario sobre la referencia virtual, y pude
constatar la oferta de este tipo de servicios en las empresas comerciales.
Considero que los servicios a través de la web no sustituyen en principio
los servicios tradicionales, no al menos mientras sigan siendo útiles estos
últimos. Los teléfonos en las bibliotecas siguen estando aunque no se usen de
forma masiva, ya que constituyen una vía más de acceso a la información, de
conexión con la biblioteca, de acercamiento al usuario. Lo mismo
ocurre con estos servicios virtuales de referencia, son un canal más de
comunicación. El problema del poco uso es la falta de visibilidad de estos
servicios, la falta de promoción. Los usuarios no los conocen y sobre todo, no
saben qué respuestas pueden obtener de un bibliotecario. En la Biblioteca de la Universidad de Sevilla, hace ya tres años que se puso en funcionamiento el
sistema de chat con el programa LibraryH3lp. Aunque se usa, la difusión de este
servicio ha sido muy escasa, si se le preguntara a la comunidad universitaria
de Sevilla si lo conoce, nos llevaríamos una gran sorpresa.
La
intermediación en las búsquedas. Efectivamente, los que llevamos ya un tiempo en
esta profesión, recordamos las búsquedas con lenguajes endemoniados, y muy
costosas, que tan solo bibliotecarios iniciados podían llevar a cabo en bases
de datos especializadas (Dialog). Esa época pasó y hoy la tecnología convierte
en innecesaria la intermediación del bibliotecario. Para Coffman, "lo que
convirtió al bibliotecario en experto cualificado de referencia es que un día
fuimos los únicos que podíamos acceder a conjuntos de datos y grandes
colecciones de información desde un solo punto, ya fueran libros o bases de
datos, y teníamos la formación y las habilidades para localizarla. Pero ya no
somos los únicos. La agregación de información en la web excede ampliamente las
colecciones impresas o electrónicas de las bibliotecas". Ahora no son
necesarias habilidades para encontrar información, ahora lo que importa es el
conocimiento de la materia, el área de conocimiento. La Biblioteca como
centro de investigación con bibliotecarios especializados que guardan su
secreto, llegó y se fue. No es cierto que la gente nos necesite para encontrar
información de calidad, porque, dice Coffman, están muy ocupados probando las
nuevas tecnologías.
En este punto si estoy bastante de acuerdo.
Si quieres información de referencia, te creas alertas en los
recursos electrónicos, sigues en Twitter a un profesional de prestigio, o
te añades a su grupo en su cuenta de Mendeley. Pero creo también que los
bibliotecarios podemos jugar un papel importante en el uso de estas
tecnologías, si nos espabilamos y dejamos de pensar que ese
tema no nos compete.
Salas de ordenadores. Los días en
que las bibliotecas van a seguir ofreciendo ordenadores de acceso a Internet
están contados, ya que la mayoría de los ciudadanos cuentan con dispositivos de
acceso a Internet, móviles o fijos, según dicen los informes. En un mundo donde
la ubicuidad gana terreno, es difícil encontrar el papel de
la biblioteca.
Completamente de acuerdo en cuanto a no seguir
ofreciendo ordenadores para acceder a la información e Internet.
Los eBooks.
Muy extensamente, Coffman ilustra y argumenta
las razones por las que el negocio de los eBooks no beneficia a las bibliotecas
y contribuyen a su desaparición. El uso de los eBooks va en aumento, y está
cambiando la forma en la que los libros se producen, venden y leen. El uso de
estos libros aumenta en las bibliotecas pero los editores no quieren que las
bibliotecas sean parte del negocio de los eBooks, como tampoco quieren que lo
sea ninguna iniciativa que pase por el préstamo de los eBooks, como el
recientemente lanzado New Kindle
Library Lending Program de Amazon. Simon & Schuster,
MacMillan, Hachette, y Penguin no van a permitir que sus libros sean prestados
por Amazon. Las bibliotecas no son las únicas que prestan y además abundan las
ofertas de eBooks a bajos precios y sistemas de suscripción. ¿Qué papel puede
jugar la biblioteca en un mercado donde debe negociar las licencias de uso de
las colecciones con los proveedores, donde no tiene la propiedad del
libro y además en situación de desventaja?
Los usuarios
pueden encontrar libros de forma gratuita sobre temas minoritarios, o
antiguos, sin tener que ir a buscarlos a las bibliotecas, porque Google ya los
ha digitalizado, y ofrece 3 millones de libros gratis. Amazon y Barnes &
Noble pretenden ofrecer un millón cada uno, más de lo que ofrecen para vender y
de lo que puede tener una biblioteca de tipo medio.
La Biblioteca debe preguntarse y pronto,
en qué va a trabajar, ya que según Coffman, determinadas organizaciones están
realizando un trabajo mejor que el que los bibliotecarios pueden hacer, para
satisfacer las necesidades de información de sus usuarios de forma online. El
problema es que las bibliotecas y los bibliotecarios, según Coffman, tienen
poco que hacer para remediar esta situación.
Muchos usuarios e incluso bibliotecarios,
prefieren las descripciones de los libros en los catálogos comerciales, que en
los catálogos de las bibliotecas. Nuestros usuarios participan y comparten sus
gustos literarios en espacios de la web como LibraryThing, Amazon y otras
comunidades de la web social.
Para concluir, Coffman afirma que nuestras
aspiraciones han excedido nuestras habilidades, hemos jugado un papel muy
importante en la revolución digital, que ha transformado la industria de la
información y la edición, en las pasadas décadas. Las bibliotecas han
preservado y catalogado colecciones de libros que Google ha escaneado
masivamente. Algunas bibliotecas, y esto es una noticia que acabo de
leer, como las de Harvard, acaban de poner en abierto 12 millones de registros
bibliográficos.
El sueño de la biblioteca electrónica se
hizo realidad pero son otros sus propietarios y los que la gestionan.
Aún así, quedan muchas
incógnitas como qué pasará con el acceso en movimiento, el impacto del
móvil en los servicios bibliotecarios, qué pasará con las páginas webs frente a
las apps (Aplicaciones móviles)....
Coffman termina con un dilema que suscribo: Quizás deberíamos olvidarnos de
la biblioteca electrónica y volver los ojos a la biblioteca física y
los libros físicos, o mejor, quizás, tengamos nuevos roles que jugar en el
mundo digital o viejos roles pero jugados de forma diferente, en nuevas e
innovadoras direcciones.
Cada pantalla
debe arrojar la mayor cantidad de información útil posible, de forma que
nuestro lector no se vea forzado a efectuar nuevas búsquedas para satisfacer
una inquietud simple.
Esto nos
indica que la información contenida en una pantalla deba presentar
abarrotamiento de datos discordantes, tantos como sea posible, no. Significa
que la información que decidimos incluir es absolutamente necesaria para la clara comprensión de la
idea que deseamos suministrarle al usuario.
Hay dos
elementos indispensables encargados de facilitar la elección de información que
necesitaremos para estructurar una página web.
JERARQUIA: Cuando queremos poner en internet nuestra información,
analizamos racionalmente lo que con exactitud buscaría el usuario-lector. De
ello depende la efectividad del sitio web, éxito que se reflejara en el número
de usuario que lo consulten y en especial en la retroalimentación que se
produzca posteriormente.
Si presentamos
la información en el soporte impreso (papel) haríamos un índice minucioso de
todos los factores que conciernen l asunto y el lector iría al titulo sobre el
cual desea enterarse, luego regresaría al índice sin inconveniente ni perdida
de tiempo y además, sin olvidar que el documento tiene en sus manos. No habrá
riesgo de que se pierda o se interese fácilmente por otra oferta. Si esto
último sucediera sería porque en definitiva el documento no satisfizo sus
expectativas. Además, pasar de un impreso a otro implica ciertas limitantes,
seguramente el lector tendrá que desplazarse hasta otro anaquel, estante o
establecimiento en el que se encuentre el nuevo documento. En la red es
literalmente inmediata la opción de cambiar de sitio web.
En la web, en
lo que consideramos más importante para el beneficio y las necesidades del
lector, lo establecemos en la primera entrega y los factores subsiguientes los
jerarquizamos con el mismo criterio. Este juicio no puede ser otro sino el “servicio” que queremos prestar o la
naturaleza real de lo que ofrecemos.
Ejemplo:
El sitio se llama Escuela Áfri-web y ofrece cursos sobre la cultura africana. Al
usuario le interesarán los cursos que ofrece la institución. El programa es
amplio, pero el sitio web jerarquiza los temas, eliminando de la presentación
los menos relevantes y reservando algunos para el momento en que el usuario
haga contacto.
CONCRECIÓN: No
solo es necesario ejercerla en la redacción, se debe trabajar en todos los
factores que intervienen en la estructura de la web.
Palabra clave: Es
una pequeña lista de las palabras con las que creemos que el usuario podrá
encontrar nuestro sitio web. Esa lista se hace suponiendo lo que el lector
buscará y pensado en lo queremos que él encuentre.
Ejemplo:
Un usuario busca información
sobre el arte rupestre de America Latina. Las palabras con las que posiblemente
hará la solicitud de esta información serán:
Arte
precolombiano
Arte
rupestre
Arte
en piedra
Petroglifos
Formas
artísticas en Sudamérica
Formas
artísticas en Centroamérica
Pinturas
rupestres
Hallazgos
arqueológicos
Arte
mobiliario
Litoescultura
Murales
en Piedra
Arte
latinoamericano
Vestigios
de piedra
Índice: Es
el listado de temas que componen el sitio en su conjunto. Normalmente esta
ubicado en el costado izquierdo de la pantalla y aparece de forma permanente en
cada página del sitio, con el propósito de que el usuario no olvide que
dirección o sitio esta consultando, y además tenga presente que tema ya
consulto y cuales les resta revisar. Este índice debe decir con palabras
directas la esencia que contiene cada tema, de manera que el usuario encuentre
la información que espera una vez haya hecho clic.
El listado no debe contener ítems que no sean
realmente indispensables para cumplir el objetivo principal del sitio, ya que
el lector puede verse obligado, aunque no haya sido su intención, al cliqueo
hacia paginas que no resuelven sus duda principales. Esto lo llevara a
experimentar la sensación de que ese sitio no es lo que busca.
Los
bloques o párrafos: Aquí
cobra mucha importancia la escritura visual. Los bloques son trabajos con ayuda
de numeraciones, viñetas, documentos resaltados y párrafos cortos, directos,
concisos y absolutamente necesarios. No se trata de escribir telegráficamente,
sino de hacerlo preámbulos, sin contextualizaciones innecesarias y sin la
adición de “material chatarra”.
Es recomendable insertar Intertítulos a lo
largo de todo el texto, estos ubican al lector y le indican la importancia que
revisten los dos o tres párrafos que seguirán. Tanto los Intertítulos como la
adecuada tipografía son aspectos encargados de menguar la fatiga visual que
produce la lectura en pantalla. La tipografía no debe ser demasiado pequeña porque
impide la lectura, pero tampoco muy grande porque prolonga la extensión del
texto y lleva a que el lector pierda el punto de referencia.
En el cuerpo de la información introducimos
enlaces, conocidos también como hipervínculos. Son palabras subrayadas y de
color azul, lo que indicará al usuario que se trata de un enlace y que al ser
pulsado, le siniestrará mayor información sobre el asunto que se lee en la
palabra señalada. La concreción es determinante en la palabra que actué como enlace.
El propósito de estas es evitar que, por la ambigüedad o inexactitud de la
palabra, el lector caiga en páginas que no hacen mayor aporte a su búsqueda
real.
Lectura visual:
Frente a la pantalla, el ojo humano salta discriminado bloques según sea
capturado su interés. Su dinámica de desplazamiento fluctúa normalmente yendo
de la primera línea a la última del primer párrafo, luego a la izquierda del
texto general, después al tercer bloque. Si ene este recorrido contrarreloj la
información pasó la prueba, es posible que el lector regrese al inicio y recorra
nuevamente, no de manera exhaustiva, pero sí dándole la oportunidad a otros
datos.
Si
la disposición de la información en la pantalla no fue satisfactoria para el
ojo, es bastante probable que perdamos de vista al lector, y no volverlo a ver
es muy factible. A ellos nos enfrentamos cuando desconocemos que existe una “psicología del lector web” de la que tenemos que apropiarnos
indefectiblemente.
Escritura visual: Dado que el ojo efectúa su lectura deteniéndose
automáticamente en puntos determinados por la “forma” ( no hablemos de diseño
sino de la forma de disponer los datos) capturar al lector e introducirlo
paulatinamente en cada una de las páginas que tenemos reservadas a partir de
los enlaces o hipervínculos se convierte en una misión. Los siguientes aspectos
conforman la clave que garantiza el éxito:
Titulares
Párrafos seccionados
Items Numerados
Viñetas
Resaltados
Sangrías izquierdas
Intertitulos
No justificar al centro
No usar
mayúsculas permanentes
Titulares:
Cortos directos e informativos. Ej.
¿Es genético el cociente intelectual?
Párrafos
seccionados: La información debe estar segmentada en
párrafos cortos y concisos. Ej.
La biodiversidad del planeta
La biodiversidad
es el total de los genes, las especies y los ecosistemas de una región.
Items
numerados: Los listados son aliados de la retentiva y relajan la
mente reactiva (capacidad de asimilar y reaccionar) del lector, evitando la
preocupación inconsciente por perderse en la secuencia de la información.
Ej.
Composición de la inteligencia
Un
investigador llamado Thurson planteó en el año 1938 que la inteligencia estaba
compuesta por siete capacidades mentales, entre las que figuraba;
1 El
significado verbal: la compresión de las ideas y el significado de las
palabras.
Viñetas:
Son
útiles para introducir otro tipo de datos o ítems que no exigen secuencia
numérica.Ej.
¿Cómo saber que carrera elegir?
A
través de las pruebas de medición que evalúan la vocación de cada individuo, se
establecen características relacionadas con:
·
Las actitudes
·
Los intereses
·
El coeficiente intelectual.
Resultados:
Señalamos
con otro color o con un subrayado las palabras mas importantes del documento o
del bloque de texto. Las palabras tipo
vinculo o hipervínculo deben ir en azul y subrayadas. El color azul es captado
rápidamente por el ojo y codificado universalmente como un elemento que reserva
más información, la cual será suministrada si se pulsa el mouse sobre la
palabra. Ej.
Una mirada literaria a la película The Moulin Rouge
Sangrías
izquierdas: Son visualmente entendidas como “aires”. Su
misión es evitar la conocida “pereza visual”, pues proporciona los descansos
que requiere el ejercicio del ojo.
Intertítulos:
Deben ser directos e informativos y aparecer frecuentemente, de manera que se
conviertan en indicadores y guías de recorrido de la información para el ojo.
No
justificar al centro: Cerrar bloques de información es altamente
contraproducente, pues si el ojo no encuentra la lógica y el orden del texto de
manera inmediata, no solo empezará a fatigarse, sino que pasará a otro segmento
Puede no ser simplemente otro segmento, sino otro sitio web.
No
usar mayúsculas permanentes: No es aconsejable hacerlo
de manera exclusiva, porque nada es tan complicado en el ejercicio de la
lectura como un texto compuesto únicamente de mayúsculas. Es una dinámica que
el ojo no resiste, ya que lo obliga hacer consciente de cada una de las letras
en relación con la anterior y con la siguiente.
Esto se debe a que el ojo está a acostumbrado
no sólo a las formas internas de las letras, sino también a las externas, y en
las mayúsculas, las formas externas se tornan lineales (Las mayúsculas
manuscritas no presentan ese inconveniente, pero aquí nos referimos a las
tipográficas).Ej.
Características de la música gitana
Se
trata de una música por excelencia de Oriente-Occidente, de melisma más lento y
libre que el judío, pero con mayor improvisación.
Toda la información que incluimos en un
documento impreso considerándola importante, pero no indispensable en internet no es ni lo uno ni lo otro. Esto
se traduce en que si un fragmento, una línea o un dato no es indispensable para darle consistencia al escrito, tampoco
será importante a la hora de sumarlo al contenido que esperamos poner en la
red.
Lo anterior es determinante para aclarar que
las técnicas de redacción usadas para el papel impreso o para cualquier otro
medio, cambian radicalmente cuando lo que buscamos es dirigirnos al
lector-usuario de internet.
Más aún. Sí los índices latinoamericanos de
lecturabilidad de impresos se encuentran promediados e menos de un libro anual
por persona, podemos decir que los índices de lectura en pantalla se reducen a
prácticamente al ejercicio visual.
DEMOSTRACIONES
Los
estudios han detectado que del total de los sitios web, solo el 15 % de ellos
obtienen los resultados esperados. ¿A qué se debe? No es que a la cultura del
Internet se halle en niveles incipientes, por que no es así, Internet esta
inmerso en los procesos académicos, profesionales y laborales, además del
ámbito familiar de todos los países del globo. Se debe a una razón elemental :
85 % de los sitios están escritos para el formato impreso, es decir para el
recorrido de lectura que hace el ojo humano sobre el papel.
El
15% no obstante, tiene a aumentar, ya que la conciencia de lo que es una
adecuada narración para Internet se esta adquiriendo lenta pero
progresivamente. Para ello hemos de tener en cuenta cierta variable fundamental
al momento de escribir para el lector de Internet.
Por
ejemplo:
Un adulto de 35 años en
adelante tarde dos veces más en leer una información en pantalla que un joven
de 16 años. Este solo dato ya pone en riesgo de ser abordada la información por
parte del adulto, pero se agrava cuando sumamos el siguiente factor.
Un
joven de 16 años, expuesto a la educación multimedia lee dos veces menos de lo
que lo hacía a su edad un adulto de 35 años. El joven de hoy esta monopolizando
por la información visual, auditiva, y una tercera, que podríamos denominar,
tecnológica.
Es
decir si la información no se encuentra estructurada bajo los principios de
redacción para internet, ni el adulto la abordará debido a la fatiga que le
produce la prolongada lectura en pantalla, ni el joven lo hará, debido a que su
estructura metal y educacional responde a una mecánica visual
productivamente ágil y cambiante.
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